El futuro nos llega como un chorro de agua que se escurre con facilidad, es imposible retenerla toda en nuestras manos, lo que vamos dejando y cae al piso son todos los momentos efímeros, intentamos retenerlos fotografiándolos, haciendo transmisiones en vivo desde nuestro celular pero simplemente se van escurriendo uno a uno.
Esos días que ocurren en la monotonía que avanzan en el olvido y que abarcan gran parte de nuestros 365 días, en la desesperación de novedad de algo que deje un significado, el tiempo no perdona y no da tregua.
Las selfies persiguiendo likes para poder alimentar el ego, las frases matadoras para darle un significado a nuestra vida, estos pequeños picos de emoción que terminan desintegrándose como la mañana termina cuando el sol se esconde entre las montañas para terminar en lo oscuro de la noche y volver a repasar el feed de nuestras redes sociales para volver a obtener un chute de entretenimiento, como el cafe que te tomas cargado de azúcar para elevar la cortisona y tener algo de energía extra que no dura nada…
¿Qué somos? un momento de emociones que culmina con el cerrar de los ojos mientras la mente emprende un emocionante viaje a las profundidades del subconciente para remover un poco los miedos que te preocupan las personas que tienen signifcado para tí…
El tiempo avanza…